5. ¿Virginidad perdida?
Desperté sola, con una nota y un desayuno. Al parecer, el susodicho tenía que ir a trabajar temprano en la mañana. No me sentí mal, después de todo, solamente habíamos compartido sexo. No era ninguna declaración de amor ni nada. Pero fue divertido, y extraño. Me imaginaba la primera vez... Algo distinto. No me dolió para nada, es más; ni cuenta me di cuenta ya había entrado en mí, fue placentero y la mejor experiencia del mundo. Me hizo preguntarme si aquellos mitos sobre la primera vez era diferente para todas, o realmente no había mucho diferencia entre serlo o no serlo.
De todas formas, me vestí con rapidez, y salí del vehículo. Dicho de paso, tuve que entrar en la ventanilla de los asientos traseros porque el capo estaba puesto. Abrí el seguro de la puerta, y me traje mi maleta conmigo. Todo estaba en orden: maleta, ropa, celular, cartera... Y aún era buena hora para llegar al aeropuerto. Por suerte había elegido un horario que sabía no me causaría tanto problema. No era apenas sa