Punto de Vista de Mia
Mi teléfono vibró de nuevo con otro mensaje del número desconocido, haciéndome suspirar mientras lo abría.
“Te encanta ir saltando de un hombre a otro, hermanita” decía el mensaje de Taylor, goteando su veneno familiar.
Mi mirada se detuvo en la foto adjunta que mostraba a Nate y a mí en el parque para perros, las cabezas juntas en lo que parecía una conversación íntima. Así que por eso llamó Kyle ese día. Taylor debió haberle mandado la misma foto.
Me quedé mirando la imagen, estudiando el ángulo cuidadoso que hacía que una simple conversación pareciera algo más. Clásico de Taylor, siempre manipulando las percepciones.
“¿Nunca te cansas de jugar este juego?” escribí de vuelta, sorprendiéndome de lo firmes que se sentían mis dedos. “Deja de molestarme siguiéndome, o te voy a demandar por acoso.”
La respuesta fue inmediata: “¿Eso es una amenaza, querida hermana?”
“No, es una promesa.”
Más mensajes inundaron mi teléfono:
“¿Te crees muy especial ahora?”
“¿Solo porque