Punto de Vista de Mia
La consciencia volvió lentamente, como si nadara hacia la superficie de aguas oscuras. Mi cabeza se sentía pesada y espesa, el dolor atenuado por el medicamento que me dieron ayer. La oscuridad permanecía absoluta; no la oscuridad normal de un cuarto cerrado o de la noche, sino algo completo e impenetrable.
Un leve susurro de aire rozó mi piel cuando alguien se movió cerca. Entonces lo percibí: ese aroma familiar de colonia cara mezclado con algo únicamente de Kyle. Mis otros sentidos parecían haberse agudizado para compensar mi visión perdida, haciendo su presencia casi dolorosamente clara.
Intenté incorporarme, mis manos inseguras sobre las sábanas desconocidas del hospital. Inmediatamente, sentí a Kyle acercarse, el colchón hundiéndose ligeramente cuando se inclinó hacia mí.
—Cuidado —su voz vino desde mi izquierda, ronca de lo que sonaba como sueño. Debió haberse quedado dormido en la silla junto a mi cama—. Déjame ayudarte a sentarte.
—Puedo sola —dije.
Sus m