Entró y sus nudillos estaban blancos de agarrar fuertemente la bandeja de comida con tensión.
Miró con disimulo hacia Henry y estaba con el pelo delante de la cara y los ojos medios cerrados, como si estuviese dormitando e ido como siempre.
— ¿Qué haces parada ahí como estúpida? – le dijo de repente Grace, sacándola de sus caóticos pensamientos.
— Disculpe Sra. solo estaba esperando para no estorbarla— murmuró Eva bajando la cabeza de manera sumisa.
— No creas que no sé, de todo el show que protagonizaste ayer en la piscina— le dijo con saña cuando pasó a su lado
— Si algo de eso llega a los oídos de mi esposo y mi hija se ve perjudicada, créeme que lo que te hizo ayer es un juego de niños con lo que te haré yo.
— Ya estoy harta de que, por tu culpa, mis hijos siempre sean regañados. Te traje para que le sirvieras de criada a mi sobrino, pero el día en que te conviertas en un estorbo, sé de algunos lugares, donde tipos asquerosos pagan dinero por chicas repulsivas como tú.
Y con esa a