Otra pelea, una y otra, y otra, ¿Qué voy a hacer con esta niña? Camine de prisa, tan de prisa que evite al hombre que observaba a su hijo
Y casi corrí hacia la entrada del lugar, incluso estuve a punto de detenerme cuando creí haber escuchado mi nombre
Pero era imposible, jamás en mi vida había visto aquel hombre, jamás se podría olvidar a una belleza como aquella
Su cabello rubio, sus ojos azules, por lo menos eso fue lo que note desde la lejanía, parecía tener un bello rostro y un cuerpo atlético, todo un dios griego
No lo conocía, lo sabía perfectamente, por lo que solo camine de prisa, podía imaginarme los gritos, los insultos y los muchos problemas, la última vez me habían prometido una demanda
Una que evite debido a la ayuda de Andrei, quien dio su nombre e indico que le daría un castigo adecuado
Aquel castigo que no termino más que en un paseo por la playa, mientras comían helado y hablaban de lo difícil que era ser ella y lo incompresible que era su madre
―Nerea…
―Hola mami…
L