Capítulo 11
Augusto respiró hondo, sintiendo su corazón latir con más fuerza. Su mirada volvió a la mujer dormida a su lado. Aquel cuerpo delicado, pero lleno de curvas, removía algo dentro de él. Pero, ¿quién era ella?
Extendió la mano con vacilación, apartando lentamente los cabellos que cubrían su rostro. En cuanto sus dedos rozaron su suave piel, ella se movió ligeramente, soltando un pequeño suspiro antes de darse la vuelta en la cama.
Fue entonces cuando finalmente vio su rostro.
Sus ojos se entrecerraron. Ella no le resultaba familiar. ¿Quién era esa mujer?
Antes de que pudiera formular más preguntas, un chasquido vino a su mente: ¿y si realmente había perdido la memoria de algo importante?
Sintiendo una opresión en el pecho, intentó buscar algún recuerdo reciente, pero su mente era un borrón.
Fue en ese momento cuando la mujer abrió los ojos lentamente, parpadeando varias veces antes de enfocarlo. El susto se estampó en su rostro.
—¿Tú… despertaste? —Su voz sonó temblorosa, ca