Drogando con su droga.
Ashley jadeó ruidosamente mientras cerraba el cajón con su trasero y mantenía el sostén detrás de su espalda escondiéndolo de sus ojos.
—Ven, a mí —él le hizo señas para que saliera, pero ella tragó saliva sin mover un centímetro.
Estaba tan jodidamente nerviosa. Él le haría todas esas cosas y ella no podría parar y le estaba haciendo cosas al estómago.
—Yo… yo… —tartamudeó tratando de abrir el cajón para poder volver a colocar el sostén antes de que él pudiera darse cuenta, pero sus ojos estaban puestos en otra parte.
Siguió la dirección de sus ojos y sus ojos se agrandaron hasta el tamaño de platillos cuando descubrió que sus pezones se erguían para llamar su atención, eran tan visibles a través de la fina tela de su camisa que era como si ni siquiera estuviera usando un pezón. camisa.
Gritó con fuerza cuando Damián estuvo sobre ella en un abrir y cerrar de ojos cuando la agarró por la cintura y la colocó en la isla. Agarrando sus muslos, los separó y se paró entre sus piernas como