Capítulo 92. Una solitaria
[ARI]
Había tres pares de ojos frente a mí y un par más a mi lado. Mis abuelos comían despacio y al mismo tiempo me miraban fijamente, al igual que Difer y Dante, que seguían con el bocado de tarta de mora cerca de sus labios, suspendido en el aire.
Ninguno preguntaba nada por más que quisieran. Era el gran día y ellos tenían miedo de que hiciera una locura, o más bien de que no la hiciera.
Finalmente, cuando decidí que ya era suficiente, levanté la mirada de mi plato aún lleno y sin tocar, y suspiré bastante irritada.
—¿Tienen algo que decir? —me crucé de brazos, mirando a los cuatro alternativamente.
—No.
—Yo estoy comiendo.
—Para nada.
—¿Hay más tarta y café?.
Los cuatro se hicieron los que no entendían absolutamente nada. El abuelo incluso se atrevió a verme como si estuviera loca.
Sí, claro. Háganse.
Ni ellos creían en su inocencia.
Tomé de nuevo el tenedor, de mi plato, y repuse por llevar el primer bocado del postre, a mi boca. No obstante, tal y como las otras tres veces anter