[ARI]

Me di la vuelta y caminé a pasos agigantados. Pensé que iría tras de mí y me intentaría detener, pero eso no sucedió.

Así era mejor. Esto era lo correcto.

¿Para quién? ¿Para Elena?

Nada me unía a él… podía… podía dejarlo y no habría problema…

No estábamos hechos el uno para el otro y al final eso ya lo sabíamos.

Subí al auto de Dante y al verme, su mirada de aburrimiento cambió de inmediato. Yo llevaba mis manos apretadas, mis ojos iban derramando lágrimas a más no poder y lloraba como si no hubiera otro día después de este. Solo que sería un día más sin él.

Dante me abrazó fuerte. Metí mi rostro en si cuello y él deslizó una mano por mi espalda, formando un círculo.

—¿Me… Me está viendo? —pregunté en un hilo de voz.

Tenía la esperanza de que así fuera. Quería salir corriendo hacia él y darle el beneficio de la duda. Si lo hacía, si estaba ahí atrás, mandaría a la mierda todo y no me alejaría de él nunca. Había llegado hasta aquí sin él, pero cada día sentía que respiraba menos.