Capítulo 22. Cinetosis y secuestro
[CONTINUACIÓN]
Entonces, cerca de una interseccion, él detuvo el auto, y una vez recuperé el aire, me dispuse a verlo para agradecerle. Ain embargo… una llamada llegó a mi móvil, y era del número de Dante.
Con algo de duda atendí y llevé el teléfono a mi oído…
—¿S-sí?
—¡¿Se puede saber donde estás, Ariana Taylor?! ¡Llevo cinco minutos esperándote afuera de tu facultad y no apareces! Creí escuchar que Difer dijo que era de vida o muerte.
Pasé saliva con dificultad al escuchar su voz a través de la línea.
Me negaba a creer que me había equivocado de auto y que quizá estaba en peligro.
—En tu auto —Respondí nerviosa.
Esto no estaba pasando…
Dante suspiró desesperado al otro lado del audífono.
—¿En cuál auto, Ari? Les dije ayer que el auto se había dañado de la batería. ¿Se puede saber que en donde estás o es que no viviste para contarlo?.
Ahora parecía más divertido que preocupado.
¡Carajo!
Sí, estaba pasando. ¡Me había equivocado de jodido auto!.
—Creo que estoy en una transición, Dante