—BADEL—
Busco alejarme antes de perder el control.
Las horas en las que me he perdido en el bosque, soltando a mi malhumorado lobo ante mi negativa a reclamar a nuestra hembra, parece no haber servido para nada más que intensificar el hambre atroz que ruge desde la profundidad de mi oscuridad.
Sobre todo al ser recibido con un dulce golpe ante el aroma de su excitación recargando el área próxima a la cocina.
Aún podía sentir su delicioso perfume cargado de feromonas cosquillear bajo mi nariz, tentándome a mandar todo a la m****a y arrematar contra ella sobre la misma encimera donde Aryen la había acorralado.
Intento alejar el recuerdo de la imagen pecaminosa y tentadora que ambos habían formado para mí, pues a pesar de los celos posesivos que sacuden al monstruo en mi interior, ante la idea de otro hombre tocando a nuestra hembra, el oler la fragancia chispeante de Aryen envolviendo la suavidad de la de Natalia, con ese toque aún de mí en él, me había empujado casi al limite del d