Las enfermedades llegan sin aviso, son malas, pero a veces son el empujón que falta que te den para acercarte a alguien que amas en realidad…
-Te prometo que vendré otro día – dijo Karly estrechándome el dedo meñique – y esta vez no habrán incidentes y te voy a extrañar mucho perrito – tomó el perro y lo abrazo tan fuerte que parecía que este lo que quería hacer era huir de ella
-Pero ¿No le pusiste nombre? – pregunte frunciendo el ceño
-Pues claro, su llama perrito, es un nombre original – dijo riendo
-Claro muy original – le giñe el ojo
-Nicolás le va a hacer una casa y yo lo cuidare muy bien, nunca tuve una mascota así que ha llegado el tiempo de ayudarte con la tuya
-No puedo creer que ni una tortuga hallas tenido – dice riendo – Regresare para el día de tu boda, mira que quiero ponerme ese bello vestido que elegí
-Te vas a hermosa, pero no más que yo – dije y le di un codazo
-¡Ya nos tenemos que ir Karly y mañana tienes colegio! – oí gritar a su madre
-Andad que se te va a ha