Capítulo 121
Pasé la mañana en la habitación de Sara, necesitaba estar cerca de ella para tener información. Me había prometido a mí misma mantener la calma, tenía que ser mucho más inteligente para saber que había detrás de ese tatuaje que se estaba metiendo como una infección a la manada Russo
Me acerqué a su cama con una bandeja de desayuno y sonrió fingiendo una bondad que no veía en sus ojos.
—Te traje algo caliente —le dije con voz suave —. El médico dice que es importante que comas bien para recuperarte.
—. Nadie se ha preocupado por mi como tú o Mark.
Me senté a su lado, La observé mientras comía intentando decifrarla.
—Estoy aquí para ayudarte —le dije ganándome su confianza —. No estás sola, Sara. Puedes confiar en mí.
Ella dejó la taza de café y giró un poco hacia mí.
—Entonces necesito pedirte algo —dijo con esa mirada que solo significa problemas —. Es importante, por mi bienestar… y por el de todos.
—Dime.
—Saca a Micaela y a Mercurio de esta casa, llévalos lejos, no di