- Buenos días Esperancita.
- Buenos días señor Armando.
Dijo la joven muy educadamente.
Armando entro y fue directo hasta donde estaba la joven, sin darse cuenta siquiera que Camilo estaba allí.
- Señor Armando, tiene visita.
Armando miro hacía atrás y vio a Camilo sentado allí. Se acerco y le extendió su mano.
- ¿Usted debe ser el señor Camilo Costa?.
- El mismo, ¿y usted debe ser el señor Armando?, ¿cierto?.
- En efecto.
Camilo extendió su mano y estrechó la mano de Armando.
- Por favor, pase a mi oficina.
Camilo asintió y siguió a Armando hasta su oficina.
Le abrió la puerta y Camilo se sentó en la oficina de Armando.
- ¿Y bien?, digame, ¿qué era eso tan importante de lo que querías hablar conmigo?.
Pregunto Armando mientras cruzaba sus brazos.
- Pues vera, voy a ir directo al grano, estoy interesado en comprar su restaurante, el Yellow Treehouse Restaurant.
Armando se puso nervi