ALFA LUCÍAN :
Han pasado tres días y el desespero me tiene cada vez más de un humor terrible.
Me encuentro en mi despacho cuando tocan la puerta y el olor del mago llaga a mi olfato y frunzo el ceño.
—Pasa.
Digo y Gerson abre la puerta seguido del mago qué entra con una capa qué lo cubre por completo.
—Puedes retirarte Gerson, gracias.
Le digo a mi beta y este asiente retirándose.
Clavo mis ojos en el mago y este solo toma asiento quitándose la capa.
—¿Para que me mandaste a buscar Lucían?
Dice mirando a su alrededor muy tranquilo.
Suspiro y gruño bajito.
—Te necesito para algo importante, puedes pedir lo que quieras siempre y cuándo esté a mi alcance.
El mago alza las cejas con media sonrisa.
—¿Tú necesitas mi ayuda? No me hagas reír Lucían… Te recuerdo que éramos amigos y me mandaste a sacar de esta manada cuándo los otros magos asesinaron a tus padres ¿Ahora pides mi ayuda como sin nada? Me niego.
Dice y se cruza de brazos.
Cierro los ojos y paso la mano por mi cabell