Mi única respuesta fue un profundo gruñido en mi garganta mientras agarraba su culo y la apretaba firmemente contra mí, apretujando mi miembro contra sus partes desnudas.
Empezó a acariciarme con los movimientos de su cadera y eché la cabeza hacia atrás, apoyándola en el respaldo.
Esta mujer me iba a matar. Cualquier decisión que había tomado, ahora había desaparecido.
—Creo que tenemos asuntos sin resolver que requieren una atención inmediata, señor Norton —dijo con una voz grave y seductora que jamás había escuchado antes, excepto en ella.
Agarró mi labio inferior con sus dientes antes de ponerse de pie, y abrí los ojos para ver como caminaba hacia la puerta. ¿Es que acaso iba a irse después de esto?
El sonido del pestillo me tomó por sorpresa y cuando me miró a los ojos, me quedé embelesado con la furia y la lujuria que había en esos enormes ojos color avellana.
—Parece que tiene un problema justo ahí, señor —dijo mientras su mirada oscilaba entre mis ojos y el bulto en mis p