25 - Eres gracioso, Enzo.
Desde ese instante, Keila mantuvo su distancia, y Enzo, se mantuvo de mal humor, que no había empleado que logre soportarlo. Su amigo, lo observaba con rareza, pues días atrás, se había comportado bien, y ahora, estaba con un humor muy extraño.
Comprendía la situación, lo había robado sin darle tiempo a defenderse y en sus narices; pero ya se había solucionado, y ahora el dinero iba a una cuenta diferente. A una cuenta que él conocía.
Ella estaba perdida con estos temas, no tenía idea de la cantidad de dinero que estaba albergando con su nombre; y eso parecía ser algo, bastante malo para Enzo. Quizás ese sea el problema.
— ¿Estás peleado con tu hermosa asistente? — preguntó de repente.
Enzo apartó la vista del computador, para observar a su amigo. Todo este tiempo, la estuvo ignorando y cargando de trabajo, para así, no tocar ese tema. Tampoco le preocupara.
— No — respondió seco.
La puerta se abre, dando paso a la mujer, que ha estado manteniéndolo de mal humor. Traga en seco, al ver