10 - Ella no es tan buena como aparenta.
Caminar hasta la sala de juntas, eran realmente difícil. Cada paso que daba la joven, hacía que su cuerpo se tensara más, y pareciera un robot. En el momento en que oyó aquella voz, se quedó en la puerta y se puso a respirar, para poder enfrentarse.
Una mano tomó su brazo de repente.
— ¿Quién está allí adentro? — preguntó su jefe, con el rostro completamente serio. Nada nuevo en él.
— Nadie — musitó. No paraba de mover los dedos, hasta que él, sujetó sus manos.
— No me mientas. Desde que mencioné la reunión estás ansiosa — confirmó, con voz impostada —. Si no me dices, cancelaré la reunión, no me importa nada más que tú tranquilidad.
— ¿Qué sucede? ¡Keila! Te vez ansiosa — remarcó lo obvio, Valentina y dándole la razón a su ex esposo.
La asistente observó a ambos, y suspiró pesadamente, para después fingir una sonrisa.
— Estoy bien, no tienen de que preocuparse —Volvió a insistir con lo mismo.
— Si quieres, puedes darte el día libre y yo me encargo de la reunión con mi esposo —