~ Siena
Onyx no lo duda.
Mi visión se agita cuando él agarra mis caderas, dándonos la vuelta para que su espalda esté contra la cama y yo esté a horcajadas sobre sus caderas.
Lo miro, fijando mi mirada en la suya, aturdida por el sexo, al mismo tiempo que se aferra a mí de nuevo. Me llena con facilidad, mi cuerpo aceptando que cada centímetro de él está hecho enteramente para mí.
Dejando escapar un largo suspiro, inclino mi cabeza hacia el techo, incapaz de soportar la sensación antes incluso de empezar a moverme.
Debajo de mí está mi compañero, mi igual. El hombre que he anhelado toda mi vida, aquel con quien solo he soñado tener esa chispa.
Cuando logro bajar la vista, la sonrisa de Onyx es suave y tierna. Sabe exactamente lo que siento, lo que me anima a subirme a él.
En este ángulo, me penetra profundamente y con placer. Me deja moverme a mi propio ritmo, abrumada por su sensación.
Lo siento por todas partes. Dentro de mí, contra mi piel mientras lleva sus manos a mis pechos, a mi