Alexei
Esta mañana ameneci ansioso de saber de Luna; por lo que marque el número de karla y de mi hija, pero ninguno respondía. Me había levantado exaltado pensando en Luna, pero sólo era una pesadilla. Aun así, insistí y marqué los números, pero nadie contestaba. —Debe ser que Karla y la niña ya están en la escuela— pensé. Decidí entonces marcar el número de Natalia, pero tampoco respondía. Solté un respiro y exhalé sofocado. ¿Qué estaba sucediendo? Siempre llamaba a mi hija a esta hora y siempre contestaba. Eso era lo que no entendía.
Decidí llamar a mi hermano para preguntarle si podía ir a ver a la niña. Él aceptó y me dijo.
—No te preocupes, Alexei. Yo te doy información. Llegaré y cualquier cosa te aviso.
—Es que no confío en Natalia. Ella me amenazó ayer diciéndome que no me dejaría ver a la niña y ahora sí estoy preocupado. Tú sabes que ella es capaz de todo Christopher.
—Lo sé, hermano. Lo sé. Déjame ver y yo te aviso.
—Okay, está bien. Gracias. Con cuidado, ¿sí?
Luego de eso