Raven
Una voz me gritaba a los lejos, cuando ya estaba a punto de rendirme, algo frío se acercó, algo que me hizo anhelarlo con locura, algo que estaba combatiendo con mi lobo de fuego, que comenzó a retirarse con ira.
Abracé con fuerza entre mis brazos, lo que fuera que me estuviese salvando la vida.
Al inicio era duro y luego, se volvió suave y esponjoso, fuerte y confiable, pero sobre todo congelado.
Sentía algo húmedo y congelado, recorrer todo mi cuerpo, refrescándome y al fin, temblando de miedo y dolor, pero respirando, caí desmayada, sin dejar de abrazar con fuerza, eso que me había devuelto al mundo de los vivos.
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Cedrick
Estaba en el estudio, pensando más en la loba enojada en mi cuarto que en los papeles tediosos que tenía que revisar, cuando Eamon comenzó a entrar en pánico.
“Le sucede algo, a esa pequeña loba, ¡me está llamando, está sufriendo Cedrick!, ¡están en peligro!”, no necesité nada más para levantarme de golpe y comenzar a correr hacia la habitación de Rave