La reunión femenina continuaba con risas y consejos, aunque era Hatice la que más hablaba ya que esa era su naturaleza, también Isis realizaba sus aportes.

La pequeña omega veía en Alexa a una hermana del destino. Ellas tenían una historia muy triste y parecida, con la única variante de que Ramsés era su mate, aunque a ella le parecía ver chispas cada vez que su cuñado estaba cerca de Alexa, era como si se contuviera para no saltarle encima, tenía alguna sospecha de que en realidad ese hombre se babeaba por la inocente Alexa, solo que ella no se daba cuenta del peligro real que corría todo el tiempo cerca de ese lican.

_ Cuñada, creo que las cosas no son tan simples _ dijo Hatice acariciando su barbilla en símbolo de estar pensando.

Hatice era una mujer ruda, muy lujuriosa y fuerte, pero con una dulzura e inteligencia inigualables. Ella sabía muy bien que esas pequeñas lobas estaban solas y perdidas en el mundo y que la misión que la diosa Luna le había encomendado era cuidarlas y con