🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌕🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑🌑
(Narrado por Auren)
La noche era un abismo sin estrellas, un pozo de sombras donde el aire pesaba como hierro derretido. Cada respiración sabía a amenaza, a traición, a un desastre aguardando el momento exacto para estallar. En el claro, antorchas se alzaban como brazos flacos de un cadáver, ardiendo con llamas temblorosas, testigos mudos de un antiguo ritual. A un lado, los Varkal. Al otro, los Morthal.
Tres figuras gigantes, cubiertas de un pelaje tan oscuro que parecía devorar la poca luz que los rodeaba. Se movían despacio, cada inhalación un presagio de tormenta, cada exhalación un susurro que hacía temblar las hojas. Ojos de brasa, garras negras, musculaturas tensas y preparadas. Al frente, Vaerion, inmóvil como un dios de guerra contenido, con la mirada fija en el vacío, evaluando, decidiendo.
De entre los suyos emergió Darkan, su presencia llenando el aire con autoridad, pero también con una tensión que arañaba la piel. Su voz f