¡PUM!
¡Alfa Raymond apoyó sus manos sobre el escritorio, y se levantó de golpe!
—¿Quieres que me rebaje para salvarle la m@ldita reputación a Malahia? —gruñó él, yendo furioso a la estantería. Sirviéndose una copa de licor—. Es absurdo. No puedo darle tanto a la loba lunar… Ni siquiera tiene las cualidades para una Luna oficial y pública.
—Alfa. Piénselo. ¿Qué otra opción tenemos? —se acercó el Beta. Apoyando su mano en la estantería de los licores, mientras veía a Raymond llevar la copa a sus labios—. Así usted lucirá solo como un macho que se encaprichó con su mate, un lobo que después pierde trágicamente a su Luna… Solo pensaran que está enamorado, y el consejo lo…
—¡COF~ COF~! —Raymond tosió rápidamente limpiándose con la manga de su camisa negra—. ¿Enamorado? —arqueó una ceja, viendo con burla al Beta—. ¿Quieres que me rebaje y finja ser un macho enamorado? ¡JA! ¡Mírala! ¡Una hembra que yo ame, tiene que ser muy inteligente, fuerte, capaz!
—Sí, pero a Malahia que es tod