Capítulo 59Los ojos de Noel no se detenían.Escaneaban cada rincón de la casa, como si esperaran que, de un momento a otro, ella apareciera entre las sombras. Podía sentirla, como un susurro en el aire, olfateaba esa esencia que lo obsesionaba. La loba que lo había salvado estaba cerca, lo presentía.Había logrado entrar. Ahora solo le quedaba esperar.—¿Cómo te sientes? —La voz de Matthew lo trajo de vuelta. Sonreía, aunque su mirada estaba cargaba de cansancio.—Mejor… creo —respondió Noel mientras se acomodaba con algo de torpeza en la cama—. ¿Y ella?—Recuperándose —Matthew dio un paso al frente y le extendió la mano—. Gracias, de verdad. Mi esposa pudo haber muerto.Noel entrecerró los ojos con una sonrisa discreta.—Solo estuve en el lugar y momento justos. Nada heroico.Matthew parecía del todo convencido con esa humildad improvisada. Su tono cambió, necesita hablar con sinceridad.—Amelia es una loba blanca, y necesito que eso quede entre nosotros. Si otras manadas se enter
Capítulo 60Susana no necesitaba cerrar los ojos para recordar el pasado, La enfermedad del Alfa estaba tatuada en su memoria. Había estado ahí, cuidándolo, viendo cómo la vida se le escapaba en silencio.El Alfa nunca quiso verse débil, le prohibió que su hijo o algún miembro del consejo se enterara de su enfermedad, su orgullo dominante no le permitía desfallecer.Primero fueron los ataques, cada vez más seguidos, iguales a los de Amelia, dejándo sin ganas de vivir. Golpes de dolor que lo dejaban sin aliento y que, poco a poco, lo fueron consumiendo hasta debilitarlo.Luego, los vómitos. Nada le sentaba bien. Lo que comía, lo devolvía. El cuerpo le rechazaba hasta el agua.Y después... la debilidad. Las pesadillas. El dolor constante. Una sombra oscura que se aferraba a él y lo arrastraba.—¿Por qué nunca me dijiste nada? —la voz de Matthew temblaba—. Tenía derecho a saber que mi padre sufrió así.Los ojos de Matthew se abrieron, horrorizados. Se sentía un hijo ausente, ciego ante
Capítulo 61 Noel ató a Greta con firmeza, cuidando cada nudo para que no escapara de su plan, ella era demasiada peligrosa para andar suelta.Sabía que ella no era una loba común. Había algo en su poder que lo atraía, algo que quizá podría ayudarlo a cumplir sus propios objetivos, aunque estos avanzaran más lento de lo que quisiera.Con Cecilia e Iris solo tenía dos lobas comunes, Greta era diferente.—No necesito aliados. Siempre consigo lo que quiero — rugió Greta, con esa arrogancia tan suya, con el orgullo latiéndole en la voz.La loba no agachó en ningún momento la mirada, siempre fija a los ojos de Noel.Nunca había aprendido a perder. Por eso, lo de Matthew la desbordaba. La rechazó. La dejó. Y para Greta, ser ignorada por quien una vez la deseó era simplemente inadmisible.Además le hervia la sangre, saber que por Amelia si fue capaz de dejar la manada, y por ella no, que el amor que el sentia por Amelia era más fuerte que el deseo que los unió.—Tu estrategia no funcionó —
Capítulo 62La recuperación de Amelia fue casi mágica. No solo volvió a caminar con firmeza, sino que su loba, Lyra, también despertó en ella con más fuerza que nunca. Después de todo el caos, la vida le devolvía una chispa de esperanza.Durante el último chequeo médico, recibieron la noticia: Amelia estaba embarazada otra vez. Un nuevo latido, una nueva oportunidad. Ese bebé no solo era una ilusión, era un lazo que los unía aún más.Noel observaba en silencio. Su sonrisa era una máscara, una débil cortina que intentaba esconder lo que realmente sentía. Porque mientras ellos celebraban, a él lo consumía la impotencia. Amelia jamás sería suya. Y fingir alegría por su “rival” le rompía algo por dentro.—¿Estás bien? —preguntó Ximena con dulzura, acariciándole la mejilla.Sus labios se rozaron en un beso tímido, lleno de esa ilusión que solo da el primer amor. Sus ojos hablaban por ella.Noel se sentía incomodo con las muestras de afecto de la joven, pero fingia con maestría como lo ha
Capítulo 63 Ximena abrió los ojos sintiendo cómo el peso de la propuesta de Noel le oprimía el pecho.Estaba nerviosa, con el corazón latiéndole a mil. Aquel plan de Noel no era cualquier cosa, implicaba entregarle todo: cuerpo, alma y su futuro, era ir en contra de todo lo que le habían enseñado.—Tengo miedo —susurró en voz baja tímida y nerviosa —. Solo quiero estar con el lobo que amo, pero soñaba con hacer las cosas bien. Casarme aún siendo pura.Sus ojos se notaba cargados por las dudas. Tenía el alma dividida entre sus creencias y ese amor que la arrastraba sin remedio.Noel bajó la mirada, fingiendo que el arrepentimiento lo atravesaba. Sus hombros se fundieron y dejo escapar un gruñido contenido, intentando parecer herido.—Perdoname —murmuró, tomandole las manos con suavidad—. No debería haberte puesto en esta situación, pero estoy desesperado. Tus hermanos no quieren que me case contigo.Acercó su rostro al de ella y la besó con suavidad, fingiendo que temia perderla en cu
Capítulo 1En el mercado de esclavas Omegas, en medio del calor y el sudor, las jaulas con las lobas más diversas, se preparan para ser elegidas por un nuevo dueño.Entre el sonido chillante de las cadenas, los rostros sin esperanza, con paso firme, un lobo de cabello castaño, una mirada tan fría como el hielo y un par de cejas pobladas, se acerca con la fuerza que emana un huracán.El Alfa Mathew Russo, camina en medio del tétrico paisaje, ojeando a un grupo de lobas encerradas en jaulas puestas a la disposición de los compradores.Ante su presencia, que impone fuerza los demás compradores se apartan agachando la cabeza, incapaces de retar al poderoso lobo.Con su mirada fría y calculadora, observa las jaulas, buscando a su próxima propiedad.Se detiene frente a una de ellas al escuchar un gruñido, gira y se encuentra con la mirada firme de una loba que parece desafiarlo con un par de ojos verdes como esmeraldas.La loba de cabello negro como el azabache, enmarañado y sucio, lo mir
Capítulo 2Amelia abrió los ojos, sintió el aire espeso a su alrededor, su pecho subía y bajaba con respiraciones entrecortadas, su cuerpo temblaba nervioso ante la mirada imponente y curiosa del Alfa.—Yo... —su voz no podía continuar con la oración.Matthew sonrie, a pesar de la suciedad, y el evidente cansancio, la belleza de la loba era innegable, era una diosa salvaje, una belleza indomable que resaltaba en las curvas de su cuerpo.El lobo se agacha, Amelia retrocede un par de pasos y el le da la toalla.Ella se cubre de inmediato, mientras suspira nerviosa intentando cubrirse rápidamente mientras sus mejillas se sonrojan por la vergüenza.—¿Es así como piensas ganar tu libertad? —Matthew arquea la ceja, con un tono de desdén en su garganta —La respuesta es No preciosa.Amelia abre los ojos y le da una fuerte cachetada en la mejilla al lobo, este gruñe enojado.—Usted me lo dijo, jamás mezclaria su semilla conmigo, yo lo confirmo, nunca me acostaria con un lobo como usted por mi
Capítulo 3Amelia observa el cielo de la manada, sus tonos dorados y cálidos, le recordaban su propio pasado, Phillippe la arrastraba sin piedad por el suelo, su mano gruesa aferrada a su cabello como si fuera un trozo de cuerda.—Eres una rebelde —gruñoLa arroja contra un árbol, el golpe hace que los pulmones de Amelia se queden sin aire, y la corteza del roble, rasguñe su piel, Antes de poder reaccionar, amarrar un par de duras y gruesas cuerdas en sus muñecas con brutalidad.—Puedes arrepentirte ahora —susurra Phillippe, inclinándose, su aliento cargado de whisky golpea en el rostro de la loba.Amelia levanta su cabeza, su mirada es un fuego desafiante, que con un preciso cálculo le escupe en la cara.—Prefiero que el hierro toque mi piel antes que sus asquerosas manos.El mentón de Phillippe se tensa, su mirada llena de furia, destilando el odio del rechazo, se limpia el rostro.—¡Calienta el hierro!El metal se sumerge en las llamas, Amelia cierra los ojos para no ver el reflejo