Hmm... Algo olía increíble.
Aspiré profundamente y mis pulmones volvieron a llenarse del mismo aroma rico y seductor.
Al moverme un poco mi cuerpo hizo contacto con otro y recordé a mi esposa.
En algún momento de la noche habíamos cambiado posiciones y yo había terminado con la cara enterrada en su cuello y sus brazos abrazándome a ella.
No quería moverme, estaba en el paraíso.
―Mi secreto es el suero de leche―Dijo una voz rompiendo mi momento de ensueño.
― ¿En serio? Louis nunca usa eso.
―Y chispas de chocolate. Los mejores panqueques llevan chispas de chocolate, sino no son panqueques.
―Entonces no sé qué me ha ofrecido Louis estos días.
Iba a matar a Alex Hardy.
¿Qué demonios hacia ese infeliz en mi casa envenenándole la mente a Aiden?
Comencé a levantarme cuando una fuerte punzada en mi cabeza me dejó congelado en el lugar, haciéndome recordar lo ocurrido la noche anterior.
M****a, el