—Está bien. Me voy a mantener fuerte por ti y esos trillizos sorpresa que tienes dentro. Pero tienes que decirles que soy su tío favorito.
—Por supuesto que sí.
—Y si son niños, diles que heredaron su gran tamaño de mí —añade—. Y no me refiero a la altura.
—Eres un asqueroso —gruño, pero al instante