AlecCuando las llamadas de ese estúpido de mi empleado se incrementan, pido permiso a Natasha y a mi madre para salir del auto y poder contestar.—Señor, qué bueno que contesta —me dice Rowan—. Es que…—Lo que sea que tengas que decirme, que sea rápido —exijo—. ¿Por qué te tomas la libertad de llam
Anna Roma
Jajajaa bien confiado él, pobre ingenuo.
¡Muchas gracias por leer mi historia! Si te gusta, no te olvides de dejar tus comentarios, voto y reseña :)