Mundo de ficçãoIniciar sessãoMaddy fijó la mirada miel en el hermoso rostro de su esposo, sus ojos azul cielo la observaban con arrobo.
–¿Por qué me ves así?
–Porque te admiro, te agradezco y te amo con cada célula de mi cuerpo –dijo antes de besarla con suma devoción.
–Permiso tortolitos –interrumpió el abuelo Amadeo–, necesito abrazar a mi nieta que me ha dado otro inmenso regalo de vida.
Al abrazo de Amadeo, le siguió el de Américo y el de Aurelio; Randy tomó sus manos y las besó mientras la miraba con los ojos anegados en lágrimas.
–¡Cuñada!, no puedo con tanta emoció







