Al separarse ella suspiró e intentando sonar fuerte e indiferente le dijo:
–¿Qué sigue a continuación?
–Te llevo a mi habitación, me deshago de tu ropa, admiro tu cuerpo, lo recorro con mis manos, luego beso cada parte de ti para después hacerte mía.
Fernanda lo escuchó atentamente, sin embargo, volvió a tomar el envase con pudín y siguió comiendo aparentando tranquilidad, lo que hizo que Edison arrugara su entrecejo con extrañeza y preguntándose para sí mismo, sí de verdad no había causado gran impacto en ella con ese beso, porque él se sentía perdido por su boca y deseaba besarla miles de veces.
“No creo esa indiferencia” –se dijo y tomó su rostro entre sus mano