En la residencia Viteri-Lawson, Maddy estaba en la cama rodeada de sus trillizos, quienes fueron migrando a la cama de su madre a medida que se despertaban, ella los fue recibiendo y ya eran un ovillo humano los cuatro abrazaditos bajo la manta.
Deyanira tocó la puerta e ingresó al escuchar la autorización de su amiga:
–Buenos días, con razón las camas estaban vacías y no los encontraba, ¿tienen rato aquí?
–Ufff, el primero en llegar fue Gerald, le siguió Justin y de último Bayron, venían dormidos todavía, así que volvieron a caer, jejeje. ¿Tú cómo amaneciste?
–Bien, a Dios gracias, ¿dónde está el señor