Marco pasó todo el día marcándole a Anaís, nunca fue alguien intenso, pero sentía una gran necesidad de estar a su lado, de ayudarla, de hablar con ella, de protegerla, le escribió, la llamó y su celular no era atendido, eso acrecentaba más su preocupación.
Enviado a los ojitos miel«Hola, minion ¿Dónde estás? Me tienes preocupado. No has respondido y temo que tu padre o tu hermano te hayan hecho daño. Solo respóndeme, si debo buscarte. Saben que los amigos hacen todo por los suyos». Y le agregó un emoticón de un abrazo.Enviado a los ojitos miel
«Anaís, ¿Estás bien?, si no quieres hablarme, por lo menos respóndeme que está todo bien y yo estaré tranquilo».Durante todo el día no pudo concentrarse en nada, no quiso hablar con sus hermanas, solo se limitó a comer en