SIGUE NARRADOR
Danko entre risas abrazó a Alexander para entrar a la habitación. Para colmo su hijo Danko junto con Nicolás lo llamaron, mientras Rosita y Ángela los observaban. Ellos estaban con sus hijos que ni siquiera dejaron saludar a sus padres, a toda prisa abrazaron a su abuelo Danko gritando felices.
—Abuelito, no te hemos visto. Te queremos mucho.
—Abuelito, nos vamos a los juegos ¿vienes con nosotros?
Sus padres intervinieron para librar al abuelo asediado por sus nietos.
—Esperen un poco, el abuelito no puede ir, está con visitas.
—No molesten a su abuelo. Está ocupado.
Los chiquillos entonces comenzaron a reclamar.
—¿Y el abuelito Alexander tampoco puede?
—Abuelito Alexander ¿también estás ocupado?
Danko y Alexander se agacharon un poco para hablarles en un tono muy afable
—Les prometo que mañana los llevamos a los juegos mecánicos.
—Y yo los llevo después a la heladería por su helado favorito.
Los gritos de felicidad eran incontrolables, se despidieron de sus padres y ab