Capítulo 50. Alguien a quien proteger
La furia de Aníbal estaba desbordada y las órdenes fueron precisas, debían entregársela con vida y sin un rasguño, los hombres salieron a recorrer el área mientras Alissa corría desesperada por encontrar la salida del lugar, o por lo menos un lugar donde esconderse, pero su cuerpo no le estaba respondiendo, sus piernas flaqueaban y por más que corriera, simplemente no avanzaba, su mente le estaba jugando en contra, colocando los recuerdos del ataque de Aníbal hacia Maximiliano, las imágenes se repetían una y otra vez en su mente, pensaba en el horrendo final que debió tener Alexandra y en el que podría tener ella si la encontraban, se rehusaba a aceptar la muerte de Maximiliano, siendo eso lo único que la mantenía luchando por su vida, el camino cada vez se hacía más hostil, y a lo lejos se alcanzaba a escuchar que los hombres se estaban acercando, su primera reacción fue correr hasta el costado de una roca enorme, los pasos se escuchaban cada vez más cercanos, soltó un suspiro