Después de mi apasionada sesión de besos con Hunter, tuve una reunión. Aunque estoy segura de que mi apariencia era profesional, mis pensamientos dispersos no lo eran en absoluto, y salí de la reunión preguntándome si debería casarme con Hunter cuanto antes. El hombre lobo es mi pareja ideal, y los números no mienten. Somos una apuesta segura. Siento que Hunter es mi oportunidad de encontrar amor y compañía para el resto de mi vida. ¿Y con quién mejor que con un hombre que me hierve la sangre de deseo?

Me llevo una grata sorpresa al entrar en mi oficina y ser recibida por la versión limpia y sonriente de mi hombre lobo. —¿Qué haces aquí?—. La puerta se cierra con un clic tras de mí, y me acerco para ponerle la mano en el pecho y ponerme de puntillas para darle un beso rápido.

—He estado pensando.— Hunter me saca un gancho del moño para soltarlo. Normalmente estaría tentada de arreglarme el pelo (al fin y al cabo, este es mi trabajo), pero algo en el hombre de enfrente me hace querer s