Eres mi familia, eres nuestra Manada. No eres un Talon. No mencionaste que tenía potencial, así que algo debió frenarte. Vamos, Jade, es un maldito Alfa. Su Manada no va a querer a una sumisa como Hembra Alfa. Es inaudito. No quiero que te lastimen solo para que Hunter pueda gobernar a su antojo. Eres más importante que eso.
Las lágrimas caían libremente, pero se negaba a dejar que ninguno de los dos se acercara. Las palabras de Finn podían ser ciertas, pero dolían muchísimo.
¿No crees que sé que jamás me aceptarían como compañera de Hunter? Soy la hija de Jasper y Willow. Soy una Redwood. Mi lugar está aquí. Soy una sumisa a la que no le gusta pelear. No tengo madera de compañera alfa —dijo, elevando la voz con cada palabra.
Finn hizo una mueca. —¡Maldita sea! No lo decía en serio, Jade—.
Puso los ojos en blanco y se secó las lágrimas. No tenía caso llorar si no servía de nada. —Bueno, así fue. Sé que no soy lo suficientemente buena para ser la compañera del Alfa. No pasa nada. Lo es