Quizás habría pensado diferente si ella le hubiera contado la verdadera razón por la que nunca se aventuró en tierras Talon. Debería haberles dicho que no podía ir e incluso el motivo. Sin embargo, no había podido evitar este encuentro. Tal vez era débil.
Ahora ella estaba junto a su familia afuera de su guarida y frente a los Talons... frente a Hunter.
Había visto fotos de él a lo largo de los años, por supuesto. No había podido contenerse. Su familia lo había visto en numerosas ocasiones, y su prima Gina se había apareado con Quinn, un antiguo lobo Talon, así que había podido observar a través de sus ojos el papel del Alfa Talon. Pero nada de eso la preparó para la sorpresa de verlo en persona.
Su lobo aulló, empujándola con más determinación de la que ella había imaginado posible.
Era grande. Demasiado grande. Había crecido con hombres corpulentos, así que no debería haberle sorprendido su tamaño, pero la mujer que llevaba dentro, ávida de caricias, se dio cuenta. Debía de medir un