Ryan elige de mi aparador la copa de vino gigante que Val me regaló de broma, con casi toda la capacidad de una botella. Sirve demasiado y me la da.
—Siéntate—, ordena.
Levanto las cejas y le doy un sorbo a mi copa de vino del tamaño de una pecera.
Él suspira. —Por favor.—
—Bastante cerca. —Vuelvo al sofá y me siento.
Ryan se posiciona frente a mí, sentado en la mesa de café, que cruje bajo su peso, y dice: —Soy un hombre lobo—.
Quiero reírme, pero la seriedad de su expresión me hace darme cuenta de que quizá lo diga en serio. «Eso definitivamente no estaba en tu perfil». Como está ahí, tomo un buen trago de vino.
Nadie pensó que tuviera que serlo. Life Shift se creó para encontrar compañeros para mi manada.
Niego con la cabeza. —¿Esto es en serio?&mdas