Angy.
Pasamos por más pasillos, enserio que empiezo a detestar a quienes sean los diseñadores de interiores en este mundo, que horror con lo extensos que son, para llegar a un lugar en específico se debe de caminar por al menos unos diez a veinte minutos sin parar, lo bueno es que como hay tanta decoración escalofriante uno se entretiene viendo a los lados aunque sea para asustarse un poco.
—Ya casi llegamos, —escucho hablar Allison pero la verdad que deje de creerle hace tres puertas y siete cruces de camino, empiezo a pensar que estamos pérdidas.
Pasamos por dónde está una puerta de mármol escurridiza, se mueve de una esquina a la otra con rapidez.
—Esas son detestables, —se refiere a la puerta. —Cada que deseaba leer un libro iba a la biblioteca y pasaba horas tratando de agarrar el pomo pero al final terminaba fatigada y me iba a dormir.
Asiento, le doy la razón en eso ¿Quien no se cansaría de perseguir un pedazo de madera que se mueve de esa manera? No comprendo porque los oscuro