Al abrir la puerta y ver a ese tipo tan cerca de Mi Montse hacen que me entren una semana ganas de asesinarlo, ella es mía y de nadie más.
Montse al verme sonríe, pero al ver mi mirada su hermosa sonrisa desaparece, tengo tantos celos y tanta rabia por todo que no se como calmarme.
—¿Podemos irnos ya? — pregunta Montse.
—Venía ya por ustedes, si crees que no estás muy ocupada podemos irnos. — le digo en un tono muy sarcástico, ella levanta una ceja y se que se está enojado.
—Perdón amigo, yo solo vine a saludar y a preguntar como le estaba yendo en la vida ella es muy especial para mí. — dice el muy desgraciado, al decir eso también se ganó una mirada de Montse.
—Si pues esta bien que la hayas querido saludar y preguntarle como le hab&iac