No te juzgaré.
No fue fácil rememorar todo lo que había sucedido. No fue sencillo recordar cómo y de qué manera fueron los hechos. No fue grato revivir momentos bochornosos. Pese a eso, logró contarle a Francis todo lo que pasó. Desde sus aventuras de una sola noche hasta el fugaz amorío con Alessandra Ortiz. Fue lo más explícito que pudo, guardándose únicamente los detalles íntimos.
Su fugaz “romance”. Su separación por la “paz”. El correo electrónico con ese mensaje de chantaje y amenaza. El vídeo. Narró todo.
Cuando terminó, exhaló un largo suspiro y desvió la mirada de la de su hermano. No quería ver ni el asombro ni el enojo en los ojos de Francis.
—Vaya. No estoy muy seguro de qué decir en estos momentos. —Negó con la cabeza y se echó hacia atrás, apoyándose en el respaldo de su silla, y cerró los ojos—. No entiendo, Andrew, en serio. Estoy haciendo lo posible por…
—Cometí un error, lo sé —profesó, abriendo los ojos—. Estuve desesperado. Creí que acabaría con mi vida, pero…
—Tu asistente te sa