Volvimos a la realidad y sentía mucha vergüenza porque me había olvidado de que había personas presentes, pero después recordé que ahora soy una mujer casada y no debo de tener vergüenza por mostrar el amor que le tengo a mi esposo.
—tome a Esmeralda de la mano y comenzamos a caminar por el pasillo, todas las personas se acercaron a felicitarnos, luego de eso fuimos a la limusina que nos llevaría al lugar de la recepción, todo estaba hermoso, tengo que agradecerles a mis cuñadas por haber hecho esto posible.
—llegamos al lugar de la recepción y estábamos impresionados, porque todo estaba espectacular, la decoración era blanco con dorado y todas las flores eran de color rojo, lo que le daba un toque único. Me sorprendí mucho de que al llegar había mariachis, eso me hice recordar cuando mi esposo me propuso matrimonio, comenzamos a bailar de forma lenta y no podía dejar de sonreír por los feliz que estaba, realmente, creo que no pude haber conseguido mejor esposo que este.
—¡eres todo p