—¿Y yo puedo ir con mi mamá? Quiero que mi mamá me abrace, ella me abrazó, muy fuerte y no me soltó. Mi mami —decía la pequeña Maylene abrazando su peluche mientras su padre la tenía en sus piernas.
Joshua se quedó un momento en silencio, con los ojos cerrados. No era tan fuerte para hablarle a Mayl