VIOLET SWAN.
꘎♡━━━━━━━♡꘎ Siento como todo el cuerpo me tiembla por el cúmulo de sensaciones que estoy experimentando en este momento. Mis sentimientos hacen que el latir de mi corazón sea tan fuerte que pareciera que se saldrá de mi pecho en cualquier momento. Sus ojos azules tan intensos, me miran fijamente y con desafío que me cuesta apartar la mirada para no parecer una tonta. Si flaqueo ante su dominio voy a perder el poco autocontrol que todavía pueda quedarme. Soy una completa tonta al dejar que esto sucediera, pero no puedo evitarlo cuando utiliza esa voz que me domina, mejor dicho, que domina la pequeña loba asustadiza dentro de mí. Los labios recorren mi cuello, mi espalda sobre la madera de su escritorio y los papeles esparcidos en el suelo es lo que vi en cámara lenta. — No hay nada que más desee ahora mismo, que hacerte mía — vuelve a besarme y puedo sentir el tacto de sus dedos rozando mi piel ahora expuesta. El frío del aire acondicionado me causa escalofríos haciendo que tiemble cómo una gelatina. — Pues eso nunca sucederá — intento resistirme todo lo que puedo, pero siento arañazos en el pecho cómo si mi loba interior quisiera salir y dejar que la devoren — Tú cuerpo me dice todo lo contrario — sonríe de forma traviesa. — N-no me toques y q.quitate — pido tratando de sonar lo más firme posible, pero me gana el estupor y mi voz suena más temblorosa que firme. — ¿Que me quite? — una sonrisa perversa se dibuja en sus labios mostrando intencionalmente sus colmillos — Adelante Violet, quiero ver cómo me quites. Aarón sabe que tiene poder sobre mi y es por eso que me desafía de esa manera mientras su cercanía me hace tambalear las piernas, y eso es lo que más me enoja que me haga ver y sentir cómo una estúpida que puede caer de un momento a otro en sus garras. «prometiste que no dejarías que te hiciera esto Violet, ¿qué pasó con tu promesa?» llevo mis manos a su pecho desnudo para poder alejarlo de mí, pero me dedica una mirada gélida que detiene mi pulso y mis escasos movimientos. — Voy a largarme de aquí — la sonrisa de burla que tenía hace un momento desaparece de su rostro. — No lo harás — me reta y ahora más que nunca estoy dispuesta a hacer que se trague sus estupidas amenazas. Sigo adelante, pero mi poca valentía se ve interrumpida cuando en un rápido movimiento me toma de las muñecas — Voy a decir esto una vez más Swan — se humedece los labios. — No me interesa — forcejeo. — El único que da las órdenes aquí soy yo… — ¡Que te quites de encima de mí maldita sea Aarón! — grito tan fuerte que siento cómo mi pobre garganta se lastima, aunque poco me importa si eso hace que entienda de una vez que quiero irme de aquí. Un quejido de dolor sale de mis labios y de ser una loba completa, esto no sería nada. Sin embargo, ser parte humana no me hace para nada fuerte y Aarón lo sabe por eso le encanta manipularme — Ya b-basta… d-duele — me quejo y este es el punto más bajo al que he llegado. Hace un momento quería cobrarme todas sus humillaciones, reuní las fuerzas para que pagara por ella y ahora estoy aquí, suplicando para que me suelte. De pronto un atisbo de empatía hace que me suelte, deposita un beso en mi frente y quita algunos cabellos que se me han pegado producto del sudor. — A veces se me olvida que eres un frágil pastelito — sonríe de nuevo y está vez es una sonrisa genuina. sin ironías, ni burlas. Incluso parece amable — Violet — murmura mi nombre y la piel se me eriza sintiendo las mejillas sonrojadas. — ¿Qué…? — Vete — parpadeo confundida por el arrebato. ¿Cómo se le ocurre correrme así de su oficina cómo si fuera…? Hago uso de toda mis fuerzas y no quisiera pensar en lo que sucedió hace un momento sobre su escritorio cuando me hizo suya, donde me llevó al cielo con sus caricias y me hizo tocar las estrellas con las manos, para luego bajarme de golpe al infierno y quemarme en sus llamaradas intensas. Cómo puedo subo mi falda y al ver mi blusa destrozada al igual que el sujetador, recojo su camisa con rabia y torpeza y ajustar la prenda alrededor de mi cintura. — Violet… — ¡No! — exclamo eufórica mirandolo a los ojos directamente. Nuevamente regresa el valor que había perdido y está vez suelto las palabras sin titubear — No sabes cuanto te odio Aarón, detesto cualquier cosa que venga de ti, no has hecho más que mi vida sea un puto infierno y ya no voy a soportarlo más — da un paso alfrente, pero retrocedo dos pasos hacía atrás. Continua desnudo y no le importa, el pudor no es algo por lo que deba mortificarse, pero no volveré a caer en su atractivo, gracias a mi debilidad es que estoy aquí, siendo nuevamente humilda ante él. — No te voy a… — ¡Callate! — no quiero seguir escuchándolo — ¡Si tanto me odias me hubieras dejado morir en aquel río! —ni siquiera le doy la oportunidad de decir nada y recojo la camisa del suelo, junto a mis zapatos saliendo con pasos firmes, pero mis piernas temblorosas y no solamente por el momento que acabamos de compartir. Parece que en cualquier momento voy a terminar cayendo de bruces en el suelo. Al llegar a mi escritorio tengo que sujetarme del borde para no caer, mantengo las lágrimas a raya y sigo sintiendo a fuego cada beso, cada caricia, cada roce de su piel con la mía. En ese momento, me siento observada y mis ojos miran de un lado al otro notando que soy el centro de atención y varios ojos están sobre mi y entre algunos compañeros de trabajo busco a Lanny, pero rápidamente maldigo en mi mente al recordar que ella y Layla se fueron por un café y sin mirar a nadie busco la salida para irme a mi casa. Entro a los elevadores y muerdo mi labio inferior para no echarme a llorar cuando me encuentro con Kate, la hermana de Aarón quien me mira con desconcierto y se perfectamente que su reacción se debe a mi aspecto, eso y que cargo una camisa de hombre, una que seguramente tiene el olor de él. Si fuera ella, también me miraría de esa forma, viendo a una mujer humillada, con el cabello enmarañado, corriendo cómo si estuviera loca y usando una camisa enorme que no combina para nada llegando apenas a tapar sus muslos. Si, definitivamente parezco un espantapájaros. — Señorita Swan, ¿se encuentra bien? — averigua Kate acercándose a mí, quiero llorar y contarle todo lo que el maldito de su hermano me ha hecho, pero me trago las acusaciones porqué hablar con ella podría empeorar mi situación. Sin decir una palabra, niego con un movimiento de cabeza. — No se preocupe, todo está perfectamente bien — doy un paso al frente para escabullirme, pero cuando tengo un pie fuera del cubículo de metal, siento que me toma de la mano deteniendo mi huida. — Violet, espera — dice sin soltarme — ¿Es Aarón quién te ha hecho esto? — indaga. — Por favor señorita Connor, déjeme ir — pido volviendo a retener mis lágrimas con un enorme nudo en la garganta. Odio ser tan sensible, odio realmente tener que ser una llorona y no enfrentar las cosas con la cabeza en alto. Detesto mi jodida y patética manera de ser, me da un asco tremendo mi debilidad. — Escúchame, sé que esto tiene el nombre de mi hermano, y no dejaré que Aarón te haga esto… — ¡Ya basta por favor! — me suelto con brusquedad de su agarre y tomo con fuerza mi bolso para que no pueda volver a tocarme. Kate me mira con lastima, pero no quiero la lastima de ella ni de nadie — No quiero que vuelva a decir cosas que no hará, entiendo que él es su hermano y yo, solo soy una extraña en sus vidas — agradezco que el ascensor cierra sus puertas acabando con mi vergonzoso momento. ••• AARÓN CONNOR. Azota la puerta con furia y si, lo mejor es que se marche de aquí. Afortunadamente siempre tengo una muda de ropa aquí en mi oficina, así que me cambio de ropa y me río con parsimonia al recordar cómo mi pequeño pastelito se fué llevando encima de ella mi camisa. No solo se fué con mi olor sobre su cuerpo, también es lo más justo ya que hice trizas su blusa y sujetador. — Perfecto, eres un maldito Aarón — tomo asiento tras mi escritorio y miro con fastidio el desastre que cause por follarmela aquí — Que puto tiradero hiciste — miro el folder que Violet trajo y miro el contrato que no me da para nada buena espina. Trato de concentrarme en esto, pero me es imposible cuando lo único que logro ver es a nosotros sobre el escritorio siendo uno, es inundar mis fosas nasales de su aroma, así que dejo el papeleo sobre el escritorio, al menos lo que queda de el. En ese momento escucho la voz de mi hermana quien abre sin pedir permiso y blanqueo los ojos cuando azota la puerta con mucha más fuerza que Violet. La expresión de Kate me demuestra que está enojada y obviamente no me importa una m****a, puedo hacer lo que se me dé la gana, además es evidente el motivo de su molestía y no necesito que me recuerde el cretino que soy con mi loba, eso ya lo sé. — Definitivamente no has aprendido nada Aarón — reprocha cruzándose de brazos a la altura de su pecho. Parece que a veces olvida quién es el alfa y el beta en la familia — ¡¿No me estás escuchando?! — grita — Dijiste que no ibas a lastimarla, dijiste… — ¡Ya sé lo que dije Kate, maldita sea claro que lo sé! — estallo hastiado de que siempre me de sermones y reclamos por mi estúpida actitud. No estoy para está m****a y mi hermana solo me jode aún más. Recuerdo que tanto ella cómo mi abuela son las únicas en mi familia y suavizo mi tono cuando me dirijo a Kate — ¿Qué haces aquí? — pregunto cambiando el tema y esperando que ella entienda mis intenciones. — No juegues conmigo, no soy estúpida — se molesta — ¡¿Qué demonios fue lo que pasó aquí Aarón?! — Esto es un desastre, no me digas que tú… — Si ya sabes lo que sucedió aquí, déjame en paz y deja de hacerte la desentendida — no le doy ningún tipo de interés. Me mira con desafío y puedo ver que está molesta, pero no digo nada, dejo que se desahogue si quiere. — Estás completamente mal Aarón — niega con la cabeza desaprobando todo — Me iré unos días con la abuela Rossi, y quiero pedirte unos días para… — guarda silencio y sé que quiere decir algo más, pero no sabe cómo hacerlo. Conozco demasiado bien a mi hermana. — ¿Has venido solo para eso? — cuestiono y arqueo una ceja ya que algo me oculta, hay algo más que no me quiere decir, ella no vino aquí por un simple impulso, se trata de otra cosa. Toma aire sin dejar de mirarme y luego esboza una bonita sonrisa. — ¿Cómo lo sabes? — se sienta en el sofá cruzando una de sus piernas en una posición comoda, es inutil que no lo intuya, somos hermanos. — Solo di lo que quieras Kate, tengo muchas cosas que hacer — trato de mantener a raya mi poca paciencia. — Ari, Ari… — canturrea con una voz infantil sacandome una sonrisa. Hace mucho que no me llamaba de esa forma y al hacerlo, me confirma que algo quiere. — La verdad es que… — duda, pero continua — Quiero llevar conmigo a Violet — suelta y la fulmino con la mirada haciendo que borre la sonrisa. — Hermano, no soy cómo mi madre y a diferencia de ella se lo importante que es para tí — aprieto la mandíbula — Pero, no voy a pararme aquí a fingir que no pasa nada, te conozco y me duele ver como te destruyes y en el proceso la estás arrastrando a ella. — Ella no se alejara de mí — digo con firmeza — No la voy a dejar ir Kate. — Aarón… — Te dire lo mismo que a mi madre cuando vino a ofrecerme lo mismo — interrumpo lo que sea que fuera a decirme. Simplemente no me interesa — ¡No la dejaré maldición! — Eres un jodido testarudo. — Lo soy, pero ella se queda a mi lado. — ¿Para lastimarla? — ¡Ese es mi jodido problema! — ¡Perfecto! — se pone de pie con rapidez evidentemente molesta. Mejor así, ya quiero que se largue cuanto antes y me deje solo — Ojala y no te arrepientas hermano — se detiene cuando su mano toca el pomo de la puerta — Espero que no lamentes esto que estas haciendo. Sin más nada que agregar Kate sale de mi oficina y respiro profundamente conteniendo unas cuantas maldiciones para ella. Porqué muy en el fondo se que tiene algo de razón. ꘎♡━━♡꘎ Las horas pasan tan jodidamente lentas para mi desgracia, pero pude asegurarme que Violet llegara a casa, siempre la tengo bajo la mira. Me toco ordenar el puto desastre que hice en mi oficina, pero lo haría mil veces con tal de que Violet sea mía de nuevo. En ese momento llaman a la puerta y doy la orden que pueden pasar. Una pelirroja se adentra desviando la mirada cuando mis ojos se encuentran con los suyos y sus mejillas se sonrojan, siempre es lo mismo con otras mujeres, no pueden mantenerse a raya. Debo decir que la secretaría de Blackbell tiene lo suyo, pero mi atención va de la mujer al folder que trajo mi loba y aunque me debato si debería aprobar este proyecto o no, tomo la pluma. — Señor Connor, yo quería… — Sé perfectamente a lo que vienes — interrumpo lo que sea que fuera a decir. Agarro la carpeta, me levanto de mi asiento y le doy los documentos a la secretaria — Dile a Kody que no me convencen esos términos y menos en el plazo que los quiere — no tengo mucho tiempo para este negocio, pero no soy estupido. El que sea joven no quiere decir que tenga que creer que soy un idiota y muchas cosas en esos papeles no están bien. — Señor… — Si el quiere que firme eso, debe trabajar según mis reglas — vuelve a bajar la cara — Dile que no tendrá mi firma hasta que no haga las modificaciones que le enviaré por correo. Sin decir nada más, la pelirroja recibe el folder y sale en total silencio luego de un torpe asentimiento. ¿Qué onda con esa mirada? De pronto veo mi reflejo en el ordenador y me doy cuenta que traigo abierta la camisa mostrando mi pecho y no solo eso, unas marcas rosáceas sobresalen de mi pálida piel, parece que mi loba ha querido marcar lo suyo. — Violet… — saboreo su nombre y debo admitir que una parte de mi quiere que ella sea mi luna sin importar una m****a, pero luego caigo en cuenta de las consecuencias que eso traería y maldigo haberla conocido. Las palabras de mi hermana regresan nuevamente y sé que mi pequeña estará en buenas manos con ella, pero no podría tener paz ni un solo día sabiendo que mi pastelito está lejos de mí. Definitivamente no puedo aceptarlo.