Ambos decidimos que era la mejor solución. Me enfrenté a ello. Mis brazos se apretaron alrededor de mi cintura. Quería soltarme, cambiar de postura para no parecer débil, pero no pude.
Mi loba estaba escondida y temblando de miedo otra vez, así que no era como si fuera un pilar de fuerza ni nada por el estilo.
-¿Cuál es tu idea?-preguntó.
—No podemos seguir haciendo esto—.
La mandíbula de Hunter se apretó y asintió.
Él lo sabía tan bien como yo.
—Todo lo que has intentado no ha funcionado, ¿verdad?— Lo comprobé.
—No.—
—Entonces creo que sólo queda una respuesta realista—.
Se inclinó hacia mí, tenso.
Me acomodé los pies para estar listo por si necesitaba salir de la habitación rápidamente. —Tengo que aparearme con alguien más—.
El lobo de Hunter gruñó ferozmente, pero el hombre agarró los apoyabrazos de la silla hasta que sus dedos se pusieron blancos.
—Piénsalo —añadí—. El vínculo de apareamiento entre Amarillis y Enzo fue increíblemente fuerte desde el principio, incluso cuando aún n