Rio Li
Me mira a los ojos con detenimiento como si pudiera a través de ellos traspasar mi alma—Hijo no puedes mentirme, pero tampoco puedo protegerte todo el tiempo, cada uno lleva sus propios tropiezos, me dice y sale del comedor
—¿Y el pastel?.— Pregunto como un niño mimado.
—En el refrigerador.— Me responde sin mirarme, tomo mi plato con un cubierto y un cuchillo y me sirvo un generoso trozo, mientras estoy prácticamente babeando, no suelo ser así, pero esto comiendo demasiado últimamente
—Eso no se hace.— Escucho la voz de mi sobrino, me da risa pero sigo en mi papel, en este momento no soy Rio, soy Ángel.
—Tu abuela me dio permiso— Respondo y me siento a comer, relajado y suspirando, esto está demasiado bueno
—Mi abuela nunca haría algo así, como dejar que tu entraras y te sirvieras como si te tuviera mucha confianza..— Responde Lía segura, ella la conoce bien.
—Pregúntale, ella misma me dijo sírvete lo que quieras.— Respondo indiferente comiéndome mi delicioso pastel.
—El