Minutos antes, Freya llegó y se topó con el caos en pleno centro de la manada. Al detenerse el carro, salió con rapidez y reconoció a uno de los guardias de la mansión, estaba malherido, Corrió hacia él y le preguntó con urgencia.
— ¿Dónde están los niños y Crono?
El guardia, entre jadeos, respondió.
—Los niños fueron llevados a un refugio, y el alfa está allá —levantó la mano y señaló—. Está luchando con Pirro.
Freya elevó sus ojos hacia donde señalaba el guerrero y vio a Boox; supo que su hija estaría allí y corrió hacia ellos. Sus ojos ardía de miedo y rabia.
—Vaya, vaya, a quién tenemos aquí, a mi querida sobrina y al insecto de mi hermano —expresó Pirro al ver a Agamenón llegar en ese momento. Algunos Kelpies fueron acercándose, creando un aura de miedo.
—Freya, toma a Metis y aléjate de aquí. Yo me encargo de Pirro —rugió Crono con una voz profunda y amenazadora.
Pirro soltó una carcajada siniestra y desenvainó su espada mientras clavaba sus agudos ojos en Crono.
—Mírate, eres u