226. EL PLAN FINAL
ILÁN:
Por otro lado, la mansión Makis rebosaba de alegría. El aroma de los platillos favoritos de Ivory inundaban cada rincón, mientras la nana Marina se afanaba en la cocina, tarareando viejas canciones de cuna. La noticia de su embarazo había desatado una ola de felicidad que parecía no tener fin.
Con una sonrisa que no cabía en mi rostro, perseguía a Ivory por la sala con un plato de frutas en la mano.
—Vamos, mi amor, solo una rodaja más de mango —insistí, mis ojos brillando con una mezcla de diversión y determinación.
Ivory esquivó hábilmente el tenedor que le acercaba, riendo. Estaba tan feliz con su embarazo y más por ver cómo la mimaba yo con amor, vislumbrando que tendría un maravilloso embarazo.
—¡Ilán Makis! Si sigues así, voy a rodar en lugar de caminar —dijo escapando una vez más.
Se dejó caer en el sofá, fingiendo agotamiento, pero su rostro resplandecía. Me senté a su lado, dejando el plato en la mesita.
—Solo quiero que nuestro bebé sea fuerte y saludable