222. DESPEDIDA Y FELICIDAD
ILÁN:
Los ojos de mi madre se abrieron aún más, el terror reflejándose en ellos como un animal acorralado. Tía Josefina, percibiendo la vulnerabilidad de su adversaria, decidió disfrutar más:
—Entre los objetos que descubrimos, había un ingenioso mecanismo oculto en el humidificador de Ilán, tanto en su despacho como en su habitación. —Hizo una pausa, permitiendo que sus palabras se asentaran—. Un dispositivo verdaderamente siniestro, debo admitir.
Intercambié miradas de asombro y horror con Ivory mientras tía Josefina comenzaba a describir el mecanismo:
—El aparato estaba diseñado para activarse por control remoto, camuflado perfectamente dentro del humidificador. Cuando me acercaba, un sensor de proximidad enviaba una señal a un pequeño depósito oculto. Este contenía la toxina en forma líquida, que al recibir la señal, se vaporizaba instantáneamente.
Tía Josefina hizo un gesto con la mano, imitando una nube dispersándose en el aire. Mis ojos se movieron del dispositivo a mi madr