Él siguió mirando a través de la ventana, el panorama era hermoso. Le costaba disfrutar de cosas tan simples como esas. Pues personas decidieron arruinarle la vida y ahora solo estaba enfocado en devolverles el favor, no pensaba en otra cosa que no fuera su venganza, era como si nada más tuviera sentido para él, había hecho de su venganza su prioridad.

Para él su venganza era la única cosa que tenía sentido y después estaba mantener el legado de su familia, de lo cual se encargaba diario, eran esas dos cosas que movían su vida, término de beber el vaso de leche y se fue a su habitación donde cómodamente durmió.

Al día siguiente se despertó y dio comienzo a su rutina cómo solía hacerlo, esa mañana llevo un café extra, se lo regalaría a su secretaria, la consideraba muy eficiente, además de tener la sobrecarga con su trabajo en la oficina, le ayudaba con sus asuntos personales, la estimaba.

Buenos días, Verónica —saludo Jacob —espero que haya amanecido bien, he traído este café para ust